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miércoles, 20 de octubre de 2010

El asiento vacío

El asiento vacío habla con argumento. A pesar de que su mensaje no es agradable, todos lo pueden oír. 
Al predicador el asiento vacío le dice: "Tu sermón no vale."

Al que visita la iglesia, le advierte: "Ya ves, vamos perdiendo terreno."

Al nuevo que busca una iglesia donde asistir: "Vale más esperar a ver lo que pasa aquí."

Al tesorero de la iglesia le dice: "¡Cuidado! ¡Habrá un déficit!"

A la madre que preparó la cena: "No me importa lo que haces para mí"

Al compañero de trabajo: "Trabaja por mí que yo llegó más tarde"

Al músico: " No me interesan tus horas de ensayo y disciplina"

A los miembros presentes les aconseja: "Ustedes también pueden ausentarse el domingo próximo."
A los verdaderos fieles les aconseja: "Trabajad, invitad, orad, orad, llenad esos asientos vacíos."
El asiento vacío testifica contra los cultos. Mata la inspiración, ahoga la esperanza. Aleja el celo y es un peso desanimado para toda iglesia.

Por otro lado, el asiento ocupado es un ala, es un estímulo, es un incentivo y una inspiración al predicador y a toda persona que ama al Señor Jesús.—

Hay muchos lugares donde hay asientos vacíos. Y sus mensajes son negativos. Pero los asientos ocupados trasmiten la esperanza, la confianza y el valor de seguir creyendo en Jesús, porque hay frutos que recoger en el camino.

Cerca de ti hay un asiento vacío?
 Busca la persona que debería estar ahí, quizás esta desanimada, frustrada o desilusionada y tú podrías hoy marcar una diferencia para ella o él. El asiento vacío gime esperando que tú hagas algo por volverlo a llenar.

"Tú serás echado de menos, porque tu asiento estará vacío." 1 Samuel 20:18.
No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca. Heb 10:25

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